Posts Tagged ‘ Berlín ’

El castaño del patio presiente la primavera. Acabo de retratar los brotes que engalanan el terminal de cada rama y anuncian el explosivo verdor del cercano porvenir. El árbol, como he contado otras veces, es el orgullo y estandarte del espacio entre nuestro edificio y el de enfrente, ambos testigos de la II Guerra...
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Mis heladeros favoritos de Berlín no son de Berlín y no parecen heladeros: podrían tocar con Blixa valses tristes para el fin de los tiempos. Despachan en un lugar con nombre de canción: Cuore di Vetro.
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Desde que vivo en esta ciudad yacente y aplanada como los mundos de fiebre que pintaba De Chirico, artista del aburrimiento existencial, he estado a punto de morir atropellado varias veces. Los culpables, porque cada vez me ralentiza más la ciática y ninguna imprudencia cometí como peatón, no fueron, como podría deducirse de una...
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En la cultura asfáltica, los últimos nómadas son los camioneros. También pueden ser considerados los nuevos galeotes, manejando grandes tonelajes bajo banderas de conveniencia. Cowboys estonios, kazajos, ucranianos, bielorrusos o polacos en las cabinas que arrastran megatrailers de casi 15 metros de largo y atraviesan la cortés noche europea para que los niños beban...
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Lo repetiré de nuevo: las leyes naturales no conocen excepciones; las leyes artísticas se componen ante todo de excepciones Arnold Schöenberg Nutre la mañana, húmeda como un instrumento de labranza a la intemperie, el lamento largo del cuarteto de cuerda Nº 1 de Schöenberg, un centroeuropeo atípico que comparaba al artista con un manzano...
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La fotógrafa Isa Marcelli inauguró ayer en Berlín —zona ex-RFA, chic y exclusiva— la exposición Le laboratoire des rêves. Conozco a Isa desde hace años. Fui el primero, mucho antes de que llegasen los chic, en hablar en un medido de comunicación de sus fotos. En el libro de la galería escribí: «No hay...
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Un juego de cánicas que entendíamos como una santa unción y un duelo contra nosotros mismos, una de las escasas actuaciones de mi grupo de rock —sí, fui cantante y letrista, fui un ángel durantes tres noches y unos cuantos ensayos—, el camino hacia un santuario budista en cuya alberca dormitaba la anaconda, la...
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Recibí la contraseña nada más llegar a Berlín. No se trata de una clave secreta. Al contrario: es un password circunscrito a los límites de la ciudad-estado, un santo y seña comunal. Quizá no sea necesaria otra exclamación de individualidad para sobrevivir al asedio de la angustia diaria: Scheiße. Mierda. En Berlín cobran por...
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Lees, lees mucho. Es la única actividad presente de la que te sientes orgulloso. El verano es inclemente by the Wall, la estación del crimen. Los alemanes dibujan esvásticas con las heces de los perros. «Adolf, ¿qué?». Organizan exposiciones aburridas soñando con la gloria prusiana. Queman viviendas de refugiados. Es la única destereza que...
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Tres Berlin Girls. Las escaleras en las que posa A. son de una de las cuatro entradas de nuestro edificio gemelo, con el que compartimos patio. Una vecina que fue Berlin Girl cuando quizá era más emocionante ha empapelado las paredes con carteles de los buenos tiempos: The Clash, Sex Pistols, John y Yoko,...
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Hablábamos. Era casi palpalble la electricidad estática de la tormenta que se acercaba. Todo Kalahari requiere una conversación. — ¿Quién es para ti la mujer más importante de la historia?, preguntó el ingeniero. Apenas lo dudé. — Emily Dickinson. — ¿Quién es esa? Era ingeniero. Se acercaba una tormenta. Era ingeniero. Estas fotos son...
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Un perro escuálido, en apariencia perdido pese al collar. Una pelea de lucha grecorromana, reglada y correcta, en medio de la acera. Un hombre dormido sobre un carro de supermercado. Una viajera triste, acaso movilizada hacia una sombra. Un saxofón inflable trasladado como un trofeo. El infinito cansancio de la vejez. Un par de...
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I don’t know where but she sends me there Sin método, sin profesor. Nada hay aquí para formular: oración, jaculatoria, lema… El discurso está vacío como su dueño. Unos cuantos días de desorientación armado con una cámara que no frecuentaba desde hace tiempo, la Lomo LC-A comprada muchos años antes de este ahora sin...
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Tensión. Caminas solo y la presientes: huele y prende, inclusiva como una estadística. Más fotos en blanco y negro con la cámara Holga. Voy buscando, en una ronda de tropiezos. Esa mujer de puntillas: hice la foto con la cámara colgando y hacia atrás, en contradirección, sin mirar por el visor. Ese muchacho, ¿lloraba...
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Sucia, todavía bombardeada. Incívica, todavía mellada, ¿en qué percha cuelgas el Muro que llevas dentro de la cabeza?. Bruta, todavía canalla porque no hay otra forma de soportarlo. Con la cerveza en la mano, tanteando. Con las brasas en la mirada, todavía brechtiana: Escapé de los tigres alimenté a las chinches comido vivo fui...
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