Escuché en las vacaciones españolas dos frases al azar pronunciadas por seres líquidos, parásitos del smartphone definitivavemte siniestros. La primera era una queja en busca de mejor destino que el éter urbano: — ¿Por qué la gente es tan embustera? La segunda merece el inicio de un relato de scifi, como dicen ahora los...
más»