Enamorado de la corrosión de Sicilia, de la vejez, de la tragedia… Tres semanas como turistas en errancia, intentando no ser turistas apostólicos —esos zombis ridículos—. Elegí cuatro cámaras para llevar: tres de juguete, plásticas, y una Olympus Pen. No añoré la precisión de metralla de la analógica, que ya pesa demasiado, además, para...
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Tensión. Caminas solo y la presientes: huele y prende, inclusiva como una estadística. Más fotos en blanco y negro con la cámara Holga. Voy buscando, en una ronda de tropiezos. Esa mujer de puntillas: hice la foto con la cámara colgando y hacia atrás, en contradirección, sin mirar por el visor. Ese muchacho, ¿lloraba...
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Sucia, todavía bombardeada. Incívica, todavía mellada, ¿en qué percha cuelgas el Muro que llevas dentro de la cabeza?. Bruta, todavía canalla porque no hay otra forma de soportarlo. Con la cerveza en la mano, tanteando. Con las brasas en la mirada, todavía brechtiana: Escapé de los tigres alimenté a las chinches comido vivo fui...
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Unas cuantas fotos de medio formato, con dobles exposiciones, negativos solapados y esos otros milagros que la Holga ayuda a tramitar. Pertenecen a un día de excursión a los Muir Woods, ese bosque-holograma para hacerte creer que estás en la naturaleza pero la naturaleza está fuera de la senda por la que te ordenan...
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En octubre de 2013 bajamos en un coche alquilado desde San Francisco a Santa Cruz, por la sinuosa, solitaria y bella Highway 1. Ya describí el trayecto en una entrada del blog del que me despidieron hace más de un año pero que siguen conservando en los servidores. Publiqué también fotos digitales: un lonely...
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Una dama atildada, para romper la tónica de perros mojados. Está tomada con la Bronica de medio formato que llegó de un ángel celestial. Siempre me gustaron las manos en la cabeza, inútiles.
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Segunda entrega de mi archivo perdido pero recobrado. Esta vez son más arrebatadas —San Francisco es un prisma, un terreno donde reinan los alunados— y en medio formato, todas con la venerada Holga 120, con película Kodak TX de 400 ASA y el leve virado sepia que ustedes sabrán perdonar: sign of the times....
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Callejeando por el centro, los guardias cortan el tráfico de la calle Market e impiden que los peatones crucen la calzada. Hay sonido creciente de sirenas. Nos acercamos. Llega la comitiva: agentes de policía en desmesuradas motos Harley, un truck negro para los vip, un automóvil con los guardaespaldas y una patrulla cerrando la...
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Predicadores atacados por cebras, cañas de pescar y puentes. Barrios peligrosos y parques. Niños, siempre niños. Ocho fotos de San Francisco con mi Holga. Reveladas en casa, como debe ser.
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Las enfermedades no se interesan por los que tienen ganas de morir Lawrence Durrell El bache del hambre teje un nido para el cuervo de espinas que ocupa nuestras gargantas. La media luna parece un bozal sobre la malla del pelo. Mi pequeña magulladura mi buena orilla rescatada. Pese y en contra a todo...
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Añoro, digamos, un mes de insolvencia y arena, dedicándome a escribir y recibirte: sin canales de comunicación, ni uno solo, con el mundo exterior; sin pretensiones ni juramentos; sin nada más que nubes, viento, el trazo caligráfico de un río y, si acaso, pan con queso. Como el hombre de la foto al que...
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A diez metros, a un minuto, en un pestañeo, en la distancia de una inhalación: la extrema soledad y la soledad extrema. El sábado, en Market Street, San Francisco.
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He comprado una lente ojo de pez —barata y, por supuesto, plástica— para adaptarla a la Holga. Estas son algunas de las primeras tentativas, que revelé ayer. Me gustan. Podría miniaturizarlas y colocarlas en guardapelos.
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¿Metafísica?¿Que metafísica tienen estos arboles? La de ser verdes y copudos y tener ramas Y dar frutos a su hora —nada que nos haga pensar, A nosotros, que no podemos dar por ellos. ¿Que metafísica mejor que la suya, No saber para que viven Ni saber que no lo sabes? Fernando Pessoa Subirme a...
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