Posts Tagged ‘ San Francisco ’

El derecho a que te muerda la dentadura de las aceras, a que te entreguen como dádiva y nadie quiera recibirte excepto la boca negra del vacío.
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La pureza de ensueño, una bofetada mística, de una silueta contra la luz yacente del atardecer, una silueta mejorada por el humo cargado de vaho y atufando a subsuelo que brota de un canal de ventilación. La foto, que hice hace unas semanas en el centro de San Francisco con una de mis aliadas...
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Calle Haight, escenario de portentos cuando el tiempo era joven y la historia, de inocente candidez. Ahora es un enclave para turistas contrapunteado por gente infrecuente, perros mojados y runaways. Gente tan descolocada y tardía como yo.
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El paseo de ayer por la mañana. Cámara: Holga. Todas las demás se me hacen pesadas y complejas en estos días de ceniza. Película: Lady Grey 400 ASA. Estreno: tenía un paquete de tres rollos y quería probar. Primera y última vez, creo. Es una película demasiado dura y con un exagerado electromagnetismo: todas...
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Dos mujeres retratadas con la Canon AE1 de 135. No hay mucho que contar o quizá soy yo quien no enlaza las palabras con las que reseñar la historia siempre latente y posible tras cualquier foto. La renuencia de la anciana que comía tras el cristal, en un bar de la calle Haight, y...
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He empezado a moquear y toser, me duele la cabeza, quizá me aceche un catarro. El gran mareo de hace unas horas no ayudó nada. Estaba ante el ordenador, intentado iniciar una pieza para el blog del diario, en la silla giratoria de madera, y, como tantas veces antes, presentí el movimiento giratorio que...
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— Ven, quiero hacerte fotos. — ¿Cómo me pongo? — Haz caras feas.
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Novalis: Toda enfermedad puede llamarse enfermedad del alma. También el aislamiento, también el frío. Pascal: Me estremece el silencio eterno de esos espacios infinitos. También cada trozo de carne desperdiciada.
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Las culturas del cinematógrafo y el rock and roll han compuesto la épica de los callejones: caminos traseros, abiertos a entradas secundarias y garajes, fachadas pobres, cruces de las monedas. Me fascinan los callejones. En España no existen o, al contrario, monop0lizan el callejero haciéndose pasar por calles o avenidas. Aquí son callejones estrictos,...
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Una tarde en Sutro y Ocean Beach. De camino habíamos entrado en la panadería rusa para comprar un hojaldre relleno con cuatro tipos de queso. Lo compartimos sentados en una de las paredes caídas de los viejos baños. Nos sobrevoló un jet. La luz era tan pura que pudimos ver el logotipo de la...
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Una simpleza, una ceremonia sin la electricidad del paradigma. Exterior, noche, ante una pared de ladrillos que han pintado de negro. Esperamos el autobús. Tienes frío y decides sacar del bolso el abrigo de un jersey de cuello alto. Este el proceso mediante el cual vuelves a ser cisne.
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Una lluvia de puñetazos. Sin color. Solamente sonido. Bum, bum, bum, bum. Olas de sonido. Bum, bum, bum, bum. Dicen que los cuatro golpes iniciales de batería de Be my baby contienen todos los secretos. Phil Spector trabajó durante semanas en esos primeros golpes. Bum, bum, bum, bum. Mis manos descargan un fardo de...
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Sí, quizá de eso se trate y los demás, lejanos como yo y mis temores, no advertimos el crujir de la metralla, el goteo de huesos, el alfabeto fosfórico que escribe groserías sobre cada campo de batalla. Quizá sea eso: una guerra donde los derrotados son siempre los mismos mientras, nosotros, los triunfadores, nos...
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El único exilio que admito, la única emigración, el aislado devenir, la certera dominación: verte y vernos, hambrientos a pesar del hartazgo, pequeños pese a las grandes sombras.
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En Clement, una calle trazada de este a oeste, es decir, en paralelo al recorrido solar, se puede pasear de la única forma que vale la pena hacerlo, sin prisa. La calle, flanqueada por casas de dos alturas sin demasiado mérito arquitectónico pero con cierto equilibrio, tiene buenos lugares para el goce (tortitas con...
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