El niño creció hasta los cinco años en trenes, cruzando los Estados Unidos en diagonal, de Nueva York a Los Ángeles. Cinco mil kilómetros de raíles fueron la cuna. El oscilar irreflexivo del ferrocarril usurpó el balanceo maternal. Le acompañaba su niñera, Virginia. Sus padres se habían divorciado cuando era un bebé. Residían en...
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