Acabo de escribir una entrada para Distrito Latino. No tengo la cabeza donde debiera tenerla, estoy agotado, sediento de sueño y carreteras limpias, de caerme en medio de un libro abierto, alzarme hacia los cables y olisquear el viento. Sólo me enorgullece la foto que inserto también aquí, una analógica con la Holga de 135 mm.
Acaso ya no tenga edad ni entusiamo para creer, con J.M. Barrie, que los pájaros vuelan por la simpleza de la fe, porque «tener fe es tener alas», pero me sigue llevando hacia atrás en el tiempo —y regresar es una forma de vuelo— la canción que componen los turpiales cada tarde sobre el pentagrama de las líneas eléctricas. Siempre es nueva, siempre es la misma.