Cuando entro por primera vez en casa ajena aprovecho el primer alejamiento del anfitrión para escudriñar los libros, toda esa gente alojada en estanterías o cartonajes, esa multitud que brama gritos de tinta, que construye parques a martillazos y prisiones con material de jardinería, los escritores, ahogados de sí mismos, que conviven en la...
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