Tensión. Caminas solo y la presientes: huele y prende, inclusiva como una estadística.
Más fotos en blanco y negro con la cámara Holga. Voy buscando, en una ronda de tropiezos.
Esa mujer de puntillas: hice la foto con la cámara colgando y hacia atrás, en contradirección, sin mirar por el visor.
Ese muchacho, ¿lloraba o se sacudía de un pensamiento?, hice bien en no preguntar. Debes callar cuando haces fotos. Nos sobra bla bla.
¿Es el suelo de Berlín el menos parejo del mundo o es el tempo de mis pies, ovillados como garras, torcidos por la edad, poesía embotellada?
Cuerdas, dolor, mareos… Todos seguimos necesitando un locutor.