San Francisco es condenamente bella. Con la excepción del downtown, que tiene la apariencia de cualquier otra gran urbe estadounidense: vertical y con contrapuntos góticos, en el resto de los barrios de la ciudad predominan las viviendas de una, dos o tres plantas —el límite que establecen las normas locales de planificación urbana—, de madera pintada y con aires victorianos. Son casas de precio inalcanzable, pero soñar y ejercer la mirada siguen siendo vicios gratuitos.
Las fotos, dobles exposiciones, las hice con mi fiel Holga.
Parecen fotogramas de una de esas películas que acabas recordando toda la vida. El recorrido de alguien que camina. Me encantan. Es verdad que tengo un gran mono de cine, así que, sin ánimo de desmerecer, a lo mejor es por eso ;)
Un abrazo.
PD. Siempre he visto el tema The Journalist (WordPress albergó incluso otra versión anterior, creo, más sencilla aún) como a una amante que nunca deja de serte fiel, por más veces que la abandones… Y al final, cada cierto tiempo, vuelves y vuelves otra vez, todo lleno de ilusión… Hasta que te largas de nuevo. Para este nuevo rincón tuyo me parece perfecto.
Muchas gracias, Miguel.