Foto: j.a.g.
- un pecado luminoso
- una enfermedad necesitada de manos y sábanas
- un plástico para embalar los huesos
- el disco perdido que me obligue a quemar todos los discos
- una reserva eterna en el bar del primer encuentro
- una canción de sirenas
- un billete de ida hacia el clasicismo de las malas hierbas
- una antología de alas
- un diccionario para el mohín de los labios
- una entrada para regresar al Fillmore y ver a Jimi tocando Country blues
- el título de propiedad del suelo que pisan unas zapatillas azules
- camellos, té y pieles para la caravana hacia dios sabe dónde
- una dirección postal lejana, no importa dónde
- un piercing en la cresta de los sueños
- una resma de hojas sueltas, sin paginación
- más café ecuatoriano, más hachís del Rif
- un bucle perpetuo de mi fin de semana perdido
- una transfusión de lenguas, un renacimiento de idiomas
- un salvoconducto para trepar al volcán y renacer en el sulfuro
- un libro secreto de Juan Rulfo
- una chaqueta de terciopelo azul para siempre
- un latido de abrazo
- porcelanas frágiles, pomadas, una camiseta blanca
- un golpe de África al abrir los ojos
- una póliza que garantice la derrota del dolor
- un kilo de naranjas contra la desesperación
- el color de una foto de William Eggleston, el color de una canción de Gillian Welch
- la llave para abrir la verja de hierro del mar
- ron templado
- una voz que diga shh cuando sea necesario
- una voz que espante a la muerte: ¡Kistha!
- una novena en el templo pagano de un regazo
- una fiesta barata de la que salgas diciendo: «¡la fiesta del millón de dólares!»
- una estantería perfecta como un altar para rezar por todos los vinilos que abandoné
