Quizá me esté poniendo cargante con tanto arrebato floral, pero estoy probando películas y la Lomography Tungsten de 64 ASA merecía una oportunidad.
Con la fiel Caon AE-1 y la primavera delante de los ojos, estos son los resultados. No hay un solo movimiento de Photoshop en ninguna de las fotos: a veces los retoques insultan.
Hoy, tras recoger el carrete del laboratorio, porque nunca hay casualidades, releí por puro azar varios poemas de Paul Celan.
Este, Nocturmante enfadados, viene al caso y basta para justificarme:
Nocturnamente enfaldados
los labios de las flores,
cruzados y triscados
los troncos de los abetos,
agrisado el musgo,
la piedra estremecida,
despertados al vuelo infinito
los grajos sobre el glaciar:ésta es la comarca donde
reposan aquéllos
a quienes dimos alcance:no van a nombrar la hora,
ni contar los copos,
ni seguir las aguas hasta el dique.Están separados en el mundo,
cada uno junto a su noche,
cada uno junto a su muerte,
hosco, desnudo, escarchado
de lo cercano y lo distante.Ellos pagan la culpa que infundió alma a su origen,
la pagan en una palabra
que persevera injustamente, como el verano.Una palabra — tú sabes:
un cadáver.Vamos a lavarla
vamos a peinarla,
vamos a volver su ojo
hacia el cielo.