Entrañas a subasta

29/01/2011
William Burroughs ataviado como Rey de los Cobras (foto de Ira Cohen)

William Burroughs ataviado como Rey de los Cobras (foto de Ira Cohen)

Una carta, datada en 1977, dice:

«Querido Brion: Ha llegado el dinero que me has enviado. Muchas gracias. He leído en People que Keith Richards tiene una mansión en el norte de Nueva York, un piso en París, elegantes casas en Londres y Jamaica y un castillo en Chichester. Y aquí estoy yo, comprando la ropa en el Ejército de Salvación».

Otra, del mismo año:

«Vivo en un apartamento por 180 dólares al mes. Lo comparto con un jovencillo ex yonqui de Richmond. Trabajo en un guión de un western titulado La pistola Gay. He comprado dos revólveres para meterme en ambiente».

Una tercera, de 1979:

«El terreno es delicioso y piden 8.000 dólares. Lo he reservado. No tengo el dinero, pero espero que acepten algunos manuscritos originales a cambio».

Fotos, una agenda utilizada como libro de sueños, cartas a todos los colegas, las respuestas de éstos, centenares de páginas de obras nunca acabadas o apenas esbozadas, notas sobre el desarrollo de personajes, experimentos de cortado y plegado, primeras ediciones en varios idiomas…

Subastan parte de lo que William Burroughs dejó atrás.

No explican cómo llegaron tantos objetos del archivo de un artista, centenares de tiras de piel, a manos de Ken Lopez, un vendedor de libros de Hadley, Massachusetts (Estados Unidos).

¿Deudas del viejo Burroughs con sus dealers? ¿Simple deseo de andar ligero de equipaje? ¿Hallazgo en la casa donde vivió con alguno de sus novios o amigos?

Resultan conmovedoras y provocan lástima las referencias de uno de los mejores escritores de su generación a la economía de subsistencia, a la ropa de segunda mano, a las promesas de negocios y posibles ingresos («quizá grabe algo con Patti Smith»), a la contingencia doméstica…

Gran parte del material de archivo de Burroughs está depositado en la Universidad de Columbia y es de acceso público.

Todo esto que ahora se vende al mejor postor parece ruido. Es muy extraño que se trafique con las entrañas de un genio.

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7 Responses to Entrañas a subasta

  1. Miguel on 29/01/2011 at 20:26

    Cartas, cartas… ¿Quedará alguna tras este tiempo 2.0?
    Por si acaso, en este blog hay una bonita reserva. Mira:
    http://www.lettersofnote.com/

    • j.a.g. on 29/01/2011 at 23:56

      En mi caso, por mi grandísima culpa, hace años que no escribo cartas que manchen los dedos. El blog ya lo conocía (lo tengo entre mis rss), pero gracias

  2. Monica Sabbatiello on 29/01/2011 at 23:13

    Es alguien misteriosamente muy cercano, tanto, que sus penurias económicas son casi propias, comprensibles, como las que se pasan en etapas de coherencia y búsqueda… no dañan el alma de todos modos.

    • j.a.g. on 29/01/2011 at 23:55

      Aciertas con la cercanía. Pese a ser tan ‘tro’, el Viejo Bill siempre estuvo por aquí.

  3. […] Entrañas a subasta […]

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