Cuatro autobuses y dos horas de reloj para ir al lugar donde compro líquidos de revelado y regresar a casa. La tienda está sólo a unas quince manzanas, pero el transporte público de San Francisco es el más lento de los EE UU —velocidad media: 13 kilómetros por hora— y los enlaces son con frecuencia tan largos como un mal soneto. Me entretuve haciendo fotos. Revelé los negativos al atardecer y acabo de escanearlos.
El perro es el guía de un veterano de Irak, el hombre sentado en la acera miraba a las jóvenes de Haight soñando un mal soneto…
Lo demás, el mood de la ciudad más bella del mundo. Acaso también la más lenta.
Será por eso que hay quién afirma que la libertad requiere tiempo y el tiempo da libertad. Hermosas imágenes de esa ciudad quizás la más libre del mundo. Te felicito José
Muchas gracias, Luis.