“Fumar puede matar”, “fumar puede dañar el esperma”… La cruzada anti tabaco es universal y está sustentada en la supuesta defensa del otro con una vehemencia que también sería deseable para la salvaguardia de los centenares de millones de invisibles esclavos que nos fabrican las zapatillas de jogging y otros superfluos consumibles. El filósofo Slavoj Žižek advierte el objetivo final de la batalla: “acabar con el deleite excesivo y riesgoso del otro, personificado en el acto de encender un cigarrillo e inhalar profundamente con placer descarado” (…) El valor de la vida, en oposición a la supervivencia, reside en los riesgos y sacrificios que tienden a acortarla y a acelerar la muerte.
Última oración al fuego y al veneno
Mi contribución al Día Mundial Sin Tabaco. Me enveneno en soledad. No rondo la enfermedad en manada: yendo a la playa, bebiendo en templos de disipación y envarada alegría cervecera, militando en organizaciones sociales… Mi soledad es de humo.