Saco del tunel del pasado una canción de Fear of Music, el tercer disco de los Talking Heads, editado en el muy distante verano de 1979.
El tema, minimalista desde el título, Air, es un lamento paranoide de tres minutos y medio, cantado en primera persona por un tipo convencido de que el aire, la piel más cercana a la piel humana, es un abrasivo elemento de ataque:
Air…Air
Hit me in the face
I run faster
Faster into the air
(I say to myself)
What is happening to my skin?
Where is that protection that I needed?
Air can hurt you too
Air can hurt you too
Some people say not to worry about the air
Some people never had experience with…
El inteligente (a veces, demasiado inteligente: que la música revele tus tres licenciaturas no es un signo de delicadeza) David Byrne, líder fundador y factótum del grupo, asegura que la canción está inspirada en la narrativa de los callejones, el idiotismo, de La ópera de tres centavos con la que Bertolt Bertolt y Kurt Weill alcanzaron la cumbre de los musicales en 1928
Air…Air
It can break your heart
So remember when the weather gets rough
(You’ll say to yourself)
What is happening to my skin?
Where is that protection that I needed?
Air can hurt you too
Air can hurt you too
Some people say not to worry about the air
Some people don’t know shit about the…
Air…
El protagonista de la canción no está hablando en tono verde (aunque el músico admite que Air es una «canción protesta» y no una broma), sino desde el punto de vista glandular de una persona para la cual respirar resulta una experiencia dolorosa.
La melodía lleva meses dando vueltas en mi cabeza. Asoma varias veces cada día sin llamar a la puerta.
En la sala de espera:
El aire
puede romperte el corazón
En el vagón del transporte público:
¿Qué le pasa a mi piel?
El Ayuntamiento de Madrid -uno de los más falaces en gestión y resultados de los que me han tenido como vecino y sometido como contribuyente- acaba de pedir a la Unión Europea una moratoria para, dicen, poder cumplir las normas de calidad del aire que las autoridades comunitarias exigen a sus estados miembros.
La noticia no es el anuncio de la moratoria, sino la confesión desde el poder local de que la calidad del aire de Madrid es la peor de todas las capitales continentales. El Ayuntamiento siempre había negado la evidencia de que el aire de la ciudad es irrespirable y peligroso para sus vecinos o visitantes. La ocultación se realizó con triqiñuelas inconsentibles: limpiando negras estadísticas o retirando de las calles las estaciones medidoras más incómodas.
Conozco Madrid desde 1973. La he dejado acariciarme y agredirme.
Tengo derecho a tener en la cabeza una canción que no es una denuncia ecologista. Es puro síntoma de muerte:
Algunas personas no saben una mierda sobre el
Aire
Talking Heads – Air