Fui consciente anoche, con más de dos meses de retraso, de la muerte del compositor polaco Henryk Górecki.
Leí el obituario en una revista de rock. La paradoja me pareció dulce. El cimiento de las lamentaciones de Górecki está amalgamado con agua sucia, como sucede con el doliente blues, padre del rock.
Me siento culpable de no haberme enterado en su momento del fallecimiento. Me gusta celebrar funerales domésticos.
Esta mañana he escuchado la Tercera Sinfonía (Opus 36), la Sinfonía de las Lamentaciones. Fue un funeral atrasado.
Górecki compuso la pieza, para soprano y orquesta, sobre la idea de un lamento por la guerra y la atroz separación de los seres queridos. Es desolada y hermosa.
Siempre me gustó la forma poco académica en que escribió la partitura, como recogiendo lágrimas y ensamblándolas en un collar. Las melodías son simples porque el collar es de cuentas de cristal.
La sinfonía procede de tres fuentes:
1. Un lamento medieval del siglo XV atribuido a la Virgen María.
2. Una inscripción garabateada en la pared de una prisión de la Gestapo por la presa de 18 años Helena Wanda: «Oh mamá, no llores. Inmaculada Reina Celestial, socórreme siempre».
3. Una canción del folklore de Silesia, A dónde se ha ido mi querido hijo, que describe el dolor de una madre por su hijo, caído durante la guerra.
Sigue doliéndome no haber rendido un tríbuto íntimo puntual a Górecki. Me consuela que la Sinfonía de las Lamentaciones -acaso la pieza musical que ha condensado el dolor de forma más compasiva- esté siempre conmigo.
I. Sostenuto Tranquillo Ma Cantabile
Henryk Górecki – Symphony No. 3 – I. Sostenuto Tranquillo Ma Cantabile
II. Lento E Largo – Tranquillissimo
Henryk Górecki – Symphony No. 3 – II. Lento E Largo – Tranquillissimo
III. – Lento – Cantabile-Semplice
Henryk Górecki – Symphony No. 3 – III. – Lento – Cantabile-Semplice
[Las grabaciones proceden de este disco, editado en 1992. Soprano: Dawn Upshaw. Orquesta: London Sinfonietta. Director: David Zinman]