Acabo de leer Carmen Amaya 1963. Taranta. Agosto. Luto. Ausencia y escribir una reseña, seguramente pobre, sobre La Capitana.
No me atrevo a otra cosa que el silencio después de tratar con gitanos.
Formulo apenas, las preguntas de siempre: ¿qué hago yo buscando en el blues?, ¿qué me ofrecen el rock y el soul?, ¿por qué no tomo de la mano a mis verdaderos vecinos y dejo que me lleven a su tierra espesa?