Hola Mick Farren, dinamitero,
Supongo que caerte muerto en un concierto un mes antes de cumplir 70 conlleva el mérito de los servicios prestados.
No voy a añorar tu música: eras una versión desengrasada de Motörhead y te tomabas demasiado en serio, pero acaso convenga recordar que cantabas sobre la revolución imposible —único modelo válido— cuando John Lennon se pavoneaba por Londres en un Rolls y Mick Jagger cometía su pecado más radical: fumar un porro.
Adiós, Mick Farren, saluda a Bakunin. Dile que nos hace falta.