José González Grove (1927-2016)

27/08/2016
Mis padres, a comienzos de los años sesenta

Mis padres, a comienzos de los años sesenta

Adiós papi,

Mantengo el nominal que te adjudiqué en mi niñez criolla. Tiene sentido: el primer recuerdo que tengo de ti es planchado, chulo, con maneras de galán caribe en traje de sport.

Cuando llegaste a buscarme a Galicia, sobre tu chaqueta rielaba algo que se parecía a la purpurina con que aterrizan los astronautas tras comulgar con las estrellas.

Yo era un niño de aldea de muy limitado imaginario. Esperaba con simpleza a “papi y mami” para ir con ellos al otro lado del mundo, a Venezuela.

Te corporizaba, cinco años no dan para más, mediante las fotografías que llegaban por correo. A veces yo enviaba mensajes de respuesta con las nubes veloces de primavera, pero no queda archivo de aquella correspondencia.

Has muerto dulcemente, me cuentan. El cáncer fue rápido y te consumió con más velocidad que mi trámite de buscar tiques de avión, combinaciones para entorpecer lo imposible, tropiezos, miserables agendas…

Salgo mañana hacia Galicia para estar en el funeral en la iglesia de nuestra parroquia, Ortoño, donde naciste, viviste y residió, y no lo digo con orgullo, la poeta nacional gallega Rosalía de Castro, a quien tú no leíste y yo soporté con malhumor por tanta bobalicona rima de señora sometida.

No, nunca te vi con un libro en las manos. Quizá ahora te permitas el consuelo de la más dulce de las pérdidas de tiempo: cerraré los ojos esta noche y te propondré una lista de lecturas: quizá, pienso ahora, te gustarían las crónicas del salvaje oeste —de tu mano entendí lo grande que era John Ford, de quien tú quizá no tenías noticia pese a que disfrutabas de sus antihéroes—. Otra posibilidad: novelas de mafia y pólvora —me inicié en El padrino también invitado por ti, en una sesión de estreno—.

Ayer, solo unas horas después de tu escapada final, me asomé a la ventana sobre el castaño para fumarme la confusión. Había focos danzando en el cielo —uno de esos espectáculos para el verano, ya sabes— y se escuchaba, nítida, la megafonía que radiaba una canción árabe.

No supe qué hacer. Recé un Padrenuestro en sordina. Me sorprendió recordar la fórmula. Di gracias a todos los dioses por la ausencia de dolor en tus días finales.

Te fuiste con dulzura, me cuentan. Cerraste los ojos, apretaste la mano de mi hermana y partiste. Tal vez hubo tiempo para calzar la chaqueta de purpurina, que lograste inventariar, eso imagino, en la unidad hospitalaria de Paliativos.

Llego tarde pero no debo atormentarme, me cuentan. Las lágrimas han tenido la inconsistencia de las llamadas telefónicas. “Estuviste en sus ojos, Jose”, dijo mi madre. ¿Cómo mantener una conversación que contenga esa frase que parece una daga, un caramelo, una tela de araña…?

¿Dónde podré encontrarte: en la iglesita, en la ceremonia funeraria obligatoria, en la carballeira del exterior, en la taberna de allí al lado, en la panadería de mi tía, tu cuñada, donde el olor era el venerable y tóxico de la harina fermentada y cocida…?

No quedan heridas sin sutura, ya te lo dije la última vez que logré sacarte del envoltorio hosco y gruñón con el que te disfrazabas, como nos disfrazamos todos, para asustar a los demonios. No quedaba ninguna herida entre nosotros dos y el final fue dulce, me cuentan.

Deja que vea cómo de bien te sienta la chaqueta.

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8 Responses to José González Grove (1927-2016)

  1. Esther González on 28/08/2016 at 00:27

    Lamento la dura ausencia; ayuda saber de la dulzura del no dolor.
    Un gran saludo.

  2. joaquín on 28/08/2016 at 22:40

    Acabo de enterarme, hermano. Lo siento. El luto paraliza, pero me vuelve a la sien una comida en Roxos (y un millón de vivencias vudú). El dolor no conoce latitudes, sólo nuestra piel. Y en el remite, el abrazo más tierno.
    Me gustaría verte. No sé tu teléfono (el mío, perenne:600 454 878) ni si ya os habéis despedido del patriarca que añorabas con ademanes chulillos. Un beso enorme. Te decía ayer…

    • j.a.g. on 29/08/2016 at 01:07

      Querido Joaquín… Nos veremos pronto. Mucho que contar…

  3. Gerardo on 30/08/2016 at 12:24

    Nos acabamos de enterar. Mi mas sentido pesame, a papa no le dijinos nada ya que no se entera ya.
    A pesar de la distancia y de como estaban las cosas, lamentamos la muerte de tu padre.
    Un abrazo para toda la familia.
    Gerardo.

    • j.a.g. on 30/08/2016 at 15:09

      Gracias Gerardo. Un abrazo grande también para vosotros.

  4. […] Cohen, con Lorca, mientras la UE sueña con la antiadherencia de las letrinas a los excrementos; mi padre, que se fue como vivió, […]

  5. Enfermo 2018 - joseangelgonzalez.com on 30/12/2018 at 13:06

    […] madre y mi hermana aventando las cenizas del cadáver de mi padre sin avisarme, sin mencionar el lugar de la costa… La impresión de que tambien tengo la culpa […]

  6. […] madre reside en la misma residencia pública de ancianos en que vivió durante los últimos años de mi padre. Tiene 94 años, está en cuarentena. Cuando la llamo a diario presiento que estamos hablando por […]

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