Jerome

29/01/2010

¿Qué tal por ahí, Jerome? ¿Ya has charlado con Lafayette, tu colega dianético? ¿Hay orgones para todos?

Trece cuentos -algunos muy malos, otros muy buenos- y una novela de esas que llaman en las solapas ‘de iniciación’ te han bastado para ser un mito y para ser insoportable, maltratador, hedonista y energúmeno como sólo a los mitos se les consiente. Se ha montado la marimorena con tu muerte: enigmático, influyente, phony

No puedo decir que lo siento demasiado. Leí El guardían entre el centeno, creo recordar, en 1968 ó 1969, es decir, cuando debe leerse (15 añitos y una presunta capacidad para amplificar y querer saber qué es lo que nos espera, que viene siendo nada de nada)…

Pero por entonces, Jerome, ya había leído Rayuela -que es bastante mejor novela que la tuya para un adolescente- y escuchado a los Beatles, que con dos o tres canciones me habían iniciado con más empuje y gracia.

Llegaste tarde para mí.  Tu Holden se parecía a uno de mis primos mayores al que no era capaz de aguantar por su simpleza bravucona.

Sé que no tengo razón y qué tampoco importaría si la tuviese: van a loarte, van a aplaudirte… Se te hincharía el pecho asistiendo al ceremonial.

Espero que el cielo te haya sabido esperar. No lo tengo claro, pero lo espero.

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7 Responses to Jerome

  1. H on 29/01/2010 at 12:12

    Suscribo la carta casi en su totalidad. Leí the Catcher in the Rye muy tarde y aún así me resultó intensa, pero no me marcó, no.

    El viejo del carrito de la compra tuvo unos pocos momentos de talento que se agradecen y tiene la singularidad de haber decidido desaparecer, pero no le otorgo más…

  2. con el viento en las velas on 29/01/2010 at 12:53

    Totalmente de acuerdo con todo lo que dices. También a mí me ocurrió lo mismo. No sé si se debe a que no la leí cuando debí hacerlo. Algo que no me pasó con La metamorfosis, por ejemplo (y salvando las insalvables distancias entre las dos novelas), por hablar de otra novela que sí hay que leer cuando debe hacerse pero que (esta sí)no te abandona ya nunca.

    Me hubiera gustado leer tu necrológica en los periódicos. Aunque he leído lo que se ha escrito en El País, y me ha parecido ver cierta desgana, cierta compromiso por tener que escribir de este incómodo señor. No advierto en ninguno ni un poquitito de amor, ni siquiera en papá muñoz molina, tan dado a cursis filias.

  3. bichito on 29/01/2010 at 13:55

    H: «intensa» es un buen adjetivo pero, al menos para mí, lo son siete de cada diez novelas de las que leo (que, antes, selecciono, elijo, etc). Quiero decir, desde un punto de vista literario-vivencial, intenso es un adjetivo pobre y fácil. Si tuviera que hacer una lista de las novelas ‘intensas’ del siglo XX creo que llegaría a varios centenares.

    con el viento…: No sólo «La metamorfosis», sino «Viaje al fin de la noche», «El lobo estepario», «El gran Maulnes», la saga de Tom y Huckelberry de Twain, «La isla del tesoro», «On the road» y tantas otras… Todas son ‘novelas que deben leerse cuando deben leerse’ y dejan a Salinger bastante malparado.

  4. carolina on 29/01/2010 at 20:44

    A mi en cambio me marcó mucho, pero claro, yo por ejemplo, leí más tarde Rayuela. O Miller. O mil cosas más. Hay quien incluso se alegró, y mucho, como Brett Easton Ellis: http://twitter.com/eastonellis

  5. bichito on 29/01/2010 at 21:32

    Carolina: Salinger se encargó de quemar la tierra que pisaba… dejando de lado su calidad o mediocridad como escritor, no fue una buena persona… las memorias de su hija Margaret son demoledoras y el libro de su asistenta y novia Joyce Maynard es aún más cruda… claro que aquí entramos en esa dialéctica irresoluble entre el cantante y la canción, la vida y la obra, etc. … por otra parte, Brett Easton Ellis es bastante amigo de aprovechar cualquier golpe de efecto con tal de levantar una carrera literaria que, me temo, nunca existió

  6. todavia on 31/01/2010 at 06:30

    A mi me encanta. Me encanta simplemente.

    Yo no se como era Salinger, pero me entere que no era una persona agradable. No suelo interesarme en la vida de la gente que escribe los libros que leo, asi como tampoco me aprendo los nombres de los jugadores del equipo de futbol al que le voy porque me importa el equipo, no los nombres. Si Salinger era insufrible era su problema, no mio =) Su libro me encantó.

    Nunca lei nada mas suyo. A veces me aterra leer algo mas de un autor que me ha gustado porque puede dejar de gustarme. Pienso que muchos autores deberian escribir solo un libro en la vida, seria mejor.

    No me marcó El Guardián entre el Centeno, lo que me marcó fue enterarme que alguien mas habia pensado que no le interesaba ser nada. Fue impactante.

  7. bichito on 31/01/2010 at 14:08

    todavía: a algo parecido me refería, quizá con demasiada pedantería, con aquello de la «dialéctica irresoluble entre el cantante y la canción»… yo, al contrario que tú, sí me intereso por las vidas de quienes con su obra me turban: debe ser un daño colateral causado por tanto tiempo ejerciendo el periodismo, que, al fin, sólo es chisme…

    no querer ser nada… no sé qué decir, me duele demasiado

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