Patricia Highsmith (1921 - 1995)
Publican por primera vez en España en un solo tomo la Ripliada, el ciclo de las cinco novelas de Tom Ripley, el amoral y refinado antihéroe creado por la escritora estadounidense Patricia Higsmith.
Vivía con dos gatos. Los prefería a los humanos. Una botella de whisky al día. Para el sexo, las mujeres. Mantuvo relaciones con varias y con todas acabó peleada. Para lo demás, la torpeza ingenua de los hombres. Se fue de los Estados Unidos en 1963 y sólo regresó como turista para comprobar que detestaba aquello.
Odiaba mucho y a muchos. Vivió como una eremita y con gran cantidad de resentimiento en una aldea suiza de 30 casas. Creó al asesino más encantador y amoral de la literatura y firmaba la correspondencia como si él personaje y no ella hubiese escrito las cartas.
En más de una ocasión, Patricia Highsmith (1921-1995) mantuvo que sus cinco novelas sobre Tom Ripley fueron escritas por su protagonista, uno de los primeros anti héroes de la literatura negra. Ahora están a la venta en España por primera vez en un solo tomo (Tom Ripley. Anagrama, 24 €).
Los fanáticos llaman a la saga la Ripliada. Son 1.280 páginas que dejan a la altura de una monja carmelita a esa Lisbeth Salander ciberpunk que tanto se lee estos días en los transportes públicos.
Niñez amarga y cómics
La Higsmith, que padeció una niñez amarga de la que huía fantaseando sobre los desarreglos síquicos de los vecinos y se ganó la vida durante varios años escribiendo guiones para cómics, firmó desde 1950 casi cuarenta libros de ficción en los que predijo la perversidad milenarista. Así comienza uno de sus relatos: “Un joven pide la mano de una chica al padre de ésta. La recibe en una caja. La mano izquierda”.
Predicaba que la médula de la vida es “el odio y la sensación de injusticia”. Una de las líneas críticas más repetidas y justas sobre sus libros dice que escribía sobre el ser humano con la misma frialdad que emplearía “una araña para escribir sobre las moscas”. Graham Greene la consideró “la mejor poeta de la aprensión”.
El ciclo de Ripley, publicado entre 1954 y 1980, consta de las novelas The talented Mr. Ripley, Ripley Under Ground, Ripley’s Game, The Boy Who Followed Ripley y Ripley Under Water. En España, donde ninguna de las traducciones de los títulos ha sido literal, las bautizaron, respectívamente, como A pleno sol, La máscara de Ripley, El amigo americano, Tras los pasos de Ripley y Ripley en peligro. Todas son novelas asombrosas.
Si las obras de esta dama de modales tímidos y mirada atónita giran en torno al punto de ruptura que puede empujar a cualquiera a cometer un crimen, Tom Ripley es su mejor creación. A los 25 años, enviado a Europa para devolver a casa a un joven de su edad, el diletante vástago de un millonario, Ripley termina por matarlo en “A pleno sol”.
"Tom Ripley" - Patricia Highsmith (Anagrama)
En las otras cuatro novelas hará lo mismo con ocho personas más y causará de manera indirecta cuatro muertes. Siempre con una frialdad casi quirúrgica. A veces porque eran amenazantes, a veces porque se trataba de ayudar a un amigo, a veces porque eran simples matones de la mafía, seres sólo “supuestamente humanos”… La Policía le investiga, pero nunca encuentran pruebas que le incriminen.
Aterradora sensatez
Como en una aterradora metáfora de la condición humana y la civilización, Ripley cultiva la maldad desde la más lustrosa sensatez: se casa con una bellísima muchacha francesa, Heloise; cultiva flores en su invernadero; pinta óleos más que decentes; toca a Bach y Scarlati en el clavicémbalo; lee a Oscar Wilde; se deja atender por una educada e íntegra ama de llaves de mediana edad…
De vez en cuando, es verdad, se ve obligado a matar, pero el lector, guiado por la maestría turbadora de la novelista, quiere que lo haga y salga indemne. Esa empatía con la locura que anida en todos es el valor que hace únicas a estas novelas
En ningún momento de la Ripliada hay escenas de sexo. Ni siquiera sugeridas. Abundan los lazos de amistad y los vínculos de sangre entre hombres. Ripley siempre es capaz de hacer el trabajo sucio cuando uno de sus amigos está en peligro. ¿Homosexualidad? Al contrario, el héroe de Patricia Highsmith está cerrado al amor físico de cualquier índole. Puede admirar la belleza, pero con los ojos fríos de un reptil. No es casual que su refugio europeo en la campiña francesa, la bellísima casa donde vive, se llame Belle Ombre (Bella Sombra).
Uno de los 70 iconos gay del siglo
Patricia Highsmith es uno de los 70 personajes públicos del siglo XX que figuran en la exposición Gay Icons, que se inaugura el 2 de julio en la National Portrait Gallery de Londres. La selección ha sido encargada a un comité de diez homosexuales de prestigio, entre ellos el músico Elton John, la ex tenista Billie Jean King y dos lores laboristas. El museo les invitó a elegir a sus personajes favoritos, sin que importase su inclinación sexual.
La Higsmith, que mantuvo turbulentas relaciones con varias mujeres y detestaba los planteamientos feministas, compartirá cartel, entre otros, con escritores (Virginia Woolf, Walt Whitman), pintores (Francis Bacon, David Hockney, Andy Warhol) y la princesa Diana de Gales.
El psicópata hipnotiza desde la pantalla
También en el cine la figura de Tom Ripley ha desplegado su sugestivo veneno, el anzuelo aterrador con el que, acaso porque son nuestro espejo, nos hipnotizan los sicópatas. Estos son los cuatro Ripley de película.
Alain Delon
Alain Delon
El más convincente. En A pleno sol (1959), del francés René Clément (1913-1996), y con 24 años, Delon interpreta al sólo en apariencia tímido e inseguro Ripley. Puro fuego.
Dennis Hopper
Dennis Hopper
El raro. Win Wenders dirige en El amigo americano (1977) al perro loco Hopper, interpretando a un Ripley demasiado existencial y post hippie. Incluso juega al billar.
John Malkovich
John Malkovich
Pésimo. Uno de los peores papeles de su vida en la (también pésima) El juego de Ripley (2002), de la pedante directora italiana Liliana Cavani. De estar viva, la Highsmith le daría una bofetada.
Matt Damon
Matt Damon
El artificioso. Anthony Minghella intentó en El talento de Mr. Ripley (1999) recrear la pulsión sexual soterrada de A pleno sol. Le salió una bazofia.
[Esta pieza fue publicada el 11 de junio de 2009 por el diario 20 minutos. Aquí la puedes leer completa en PDF]
Uno de los 70 iconos gay del siglo
Patricia Highsmith es uno de los 70 personajes públicos del siglo XX que figuran en la exposición Gay Icons, que se inaugura el 2 de julio en la National Portrait Gallery de Londres. La selección ha sido encargada a un comité de diez homosexuales de prestigio, entre ellos el músico Elton John, la ex tenista Billie Jean King y dos lores laboristas. El museo les invitó a elegir a sus personajes favoritos, sin que importase su inclinación sexual. La Higsmith, que mantuvo turbulentas relaciones con varias mujeres y detestaba los planteamientos feministas, compartirá cartel, entre otros, con escritores (Virginia Woolf, Walt Whitman), pintores (Francis Bacon, David Hockney, Andy Warhol) y la princesa Diana de Gales.
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