Los cuadernos, mis terrenos poblados de tinta y grafito, en ocasiones yermos, padeciendo largas jornadas de sequía…
Uno a uno, en un orden caprichoso, copio las últimas notas en los seis:
- Tan triste que has ensayado una sonrisa para proclamar que eres feliz.
- Un acelerado declive: comenzó hace poco más de dos años.
- ¿Se puede admitir una ‘biografía’ de alguien nacido en 1987, por ejemplo? ¿Tiene algo relevante que contar cualquiera que sume tan pocos años sobre la tierra?
- Hoy cumplo años y es ceniza lo que cumplo.
- Siniestro como un mapache violento.
- «Los buenos lectores son cisnes aún más tenebrosos que los buenos autores» (Jorge Luis Borges).
No tengo claro que esto sea de algún valor.
De repente, la melancolía llega. Y no sé si el susto de no encontrar lo que se busca a la primera sirve para lanzar piedras, chiquitas, muy chiquitas.
Sí que tiene valor. Da igual que ensayes sonrisas para proclamar tu felicidad. Da igual.
Un beso Salomé. Aquí sigo, sin demasiado ahinco. Descorazonado del yermo del 2.0, la vejez que soma, Berlín que hiede, el trabajo que no existe, las enfermedades que atacan como moscas… Gracias por recordar.