Necesito evadirme de la música que simplemente se escucha: quiero violencia y locomoción, quiero espacio en vez de sonido.
Me sucede cada vez con mayor frecuencia: siento al rock demasiado prudente, hilvanado con una ambición más escenográfica que poética, de una simpleza de tiralevitas. Es el sonido de una tribu medievalizante y yo necesito algo más elemental, más tosco, más abierto.
Sólo en los arrabales de la música popular o en la música interpretada por locos o outsiders me siento cómodo y alado.
En un texto titulado Armonía anárquica, John Cage formula un deseo que anhelo mantener durante lo que me resta de vida:
«Mi música favorita es la que aún no he escuchado».
Cage, que buscaba equilibrar las músicas del infierno y el cielo, lo feo y lo bello, lo puro y lo sucio, era un extraviado en el mundo de los hablantes, que equiparaba en su probreza expresiva con la música entendida según el canón semántico y burgués: combinación de melodía, ritmo y armonía, o la sucesión de sonidos modulados, según establecen los diccionarios, «para recrear el oído».
«Cuando escucho eso que llamamos música me parece escuchar a alguien que está hablando, pero cuando escucho el sonido del tráfico creo que el sonido actua y eso me encanta», afirmaba.
Me dedico a la música de Cage, Steve Reich, Terry Riley y La Monte Young al tiempo que leo, por segunda vez, El ruido eterno, de Alex Ross (su blog es, por cierto, una delicia), uno de los pocos críticos musicales capaces de citar a Kurt Cobain y Pierre Boulez en el mismo párrafo y con similar respeto.
Me gusta el desprecio y la anárquica suficiencia hippie de los vanguardistas yanquis (los europeos de la escuela de Viena, con Karlheinz Stockhausen a la cabeza, pecan de cultismo, de orgullo).
Ocurra lo que ocurra, ocurrirá, parece decirnos esta música afable pero inconformista.
Jon Cage – «Sonata I» (from «Music for prepared piano»)
\»One\» – John Cage, from \»Music for Non Prepared Piano\», 1987
Desde mi más absoluta ignorancia, hay ciertos orígenes: http://www.youtube.com/watch?v=4Ie0CNf33zE
No sé por qué pero al leerte me has recordado lo que te mando.
[…] Ocurra lo que ocurra […]