el hombre que soñaba con Brian Wilson proyectaba una arquitectura de naranjales, con el horizonte cruzado por siluetas de mercantes
el hombre que soñaba con Brian Wilson deseaba un torrente sanguíneo de milk shake y un corazón de pancake
el hombre que soñaba con Brian Wilson deseaba la ingenuidad de las maniobras surfistas, el sonajero de tus muñecas y la gelatina de tus muslos
el hombre que soñaba con Brian Wilson deseaba el tren de Santa Mónica, la fiebre de Jack London, broncearse tendido en los guijarros
el hombre que soñaba con Brian Wilson deseaba violentar las contraventanas de Wendy, desvanecerse en la tentación del chocolate frío
el hombre que soñaba con Brian Wilson suponía ser el casero de tu vestuario, merecer todo el maquillaje
el hombre que soñaba con Brian Wilson concebía una mafia azucarada, un mundo sin fiestas prohibidas
el hombre que soñaba con Brian Wilson desconocía que ser feliz no es aburrido, acumulaba pruebas de que ser feliz es improbable
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[Brian Wilson. Anda por ahí alguien que dice llamarse así. No me engaña: Brian Wilson murió en 1967]
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