Woodstock, 1969 - Foto: John Sasso
Mud everywhere…but also the most revelatory gathering of like-minded people. Those not present cannot understand the wonderful feeling that things were about to change.
John Sasso
Punto de inflexión, estallido cósmico, patada reveladora: unos pies descalzos y manchados de barro.
Sobre el barro, en el barro, con el barro, para el barro, desde el barro…
La foto es tan privativa como las palabras de su autor, John Sasso, uno de los cientos de miles de asistentes al Festival de Woodstock, celebrado en agosto de 1969 en un lodazal.
Con su talento periodístico habitual, el New York Times ha publicado un especial sobre la gran ceremonia hippie, tal vez la primera y la última. Entre análisis y perífrasis, el agua clara, el barro negro, de una sección de fotos enviadas por los asistentes.
Aquellos twentysomething son ahora sixtysomething. De sus testimonios se puede inferir que no han olvidado o que, si han olvidado por mor de la pereza o la molicie de la propaganda, la herida no ha cicatrizado, el barro ha soportado el detergente poderío del tiempo y sus aliados: el Estado, el Mercado, la Muerte…
El último informe del Programme for International Student Assessment (PISA), al que se debe otorgar cierto grado de recelo al estar pagado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, esa suerte de club transnacional de pijos, concluye que los quinceañeros españoles son bastante zopencos en comprensión lectora y competencias matemático-científicas.
Quien guste del análisis educativo entendido como liga deportiva puede jugar al tremendismo analizando los resultados. Baste consignar que desde 2003 no hemos avanzado. Siete años vacíos.
El asunto me parece grave. Por ejemplo, la comprensión lectora, en la que los alumnos españoles suspenden, está basada en una prueba de este tipo:
– Cómo cepillarse los dientes. ¿Se vuelven nuestros dientes más y más blancos cuanto más tiempo y más fuerte los cepillamos? Los investigadores británicos responden que no. De hecho, han probado muchas alternativas distintas y al final han descubierto la manera perfecta de cepillarse los dientes. Un cepillado de dos minutos, sin cepillar demasiado fuerte, proporciona el mejor resultado. Si uno cepilla fuerte, daña el esmalte de los dientes y las encías sin quitar los restos de comida o la placa dental. Bente Hansen, experta en el cepillado de los dientes, señala que es una buena idea sujetar el cepillo de dientes como se sujeta un bolígrafo. «Comience por una esquina y continúe cepillándose a lo largo de toda la hilera», dice. «¡Tampoco olvide la lengua! De hecho, ésta puede contener miles de bacterias que pueden causar mal aliento».
– Preguntas. 1.- ¿De qué trata el artículo? 2.- ¿Qué recomiendan los expertos británicos? 3.- ¿Por qué debes cepillarte la lengua? 4.- ¿Por qué se menciona un bolígrafo en el texto?
– Respuestas. 1.- De cómo cepillarse los dientes. 2.- No cepillarse demasiado fuerte. 3.- Para eliminar las bacterias que causan el mal aliento. 4.- Como ejemplo de cómo debe sujetarse el cepillo.
No se trata de un extracto de La Divina Comedia o la Fenomenolegía del espíritu.
¿Obtendrían el mismo deplorable resultado los quinceañeros españoles si el texto fuese la letra de una canción de Nena Daconte o el catálogo de Media Markt?
¿Obtendrían el mismo resultado si sus profesores hubieran leído (y supieran transmitir lo leído) a Dante y Hegel?
¿Obtendrían el mismo resultado si sus padres no hubiesen olvidado nuestros pequeños Woodstock, nuestros lodos?
siento no poder explicar bien a mis alumnos ni a Dante, ni a Hegel, pues no los he leído. Y sin entrar en detalles sobre los informe Pisa, me aburren enormemente, he de manifestar que las sesiones de peliculas mudas están teniendo un éxito enorme y las lecturas que de ellas extraen son de «informe», el cual no tengo intención de rellenar.
Ps- disfruto de la enseñanza cuando puedo diluirme y convertirme en mero observador, son pocos y una auténtica gozada.
Segun, te habla un hijo de maestra, ex-presidente de Ampa de Instituto y padre de un futuro docente (con oposición aprobada, pero sin plaza). O sea, una persona que conoce y admira a los de tu gremio. Lo cual no significa que vea como, de forma progresiva y constante, abunde el ‘queme’ y las manos caídas. Como, por otro lado, sucede con los de mi gremio, los periodistas-google, por ejemplo.
Gracias por estar ahí.
ah! me ha encantado el artículo.