un mal bicho a quien no dejarías pasear con tu hija
lo tengo aquí ahora, bailando entre el esternón y el encéfalo
salpimentando el guiso: le gusta hacerse cargo de las ollas
dominar la dieta, someter a ayuno o regalar intemperancia
el vértigo, mi caprichoso bodeguero
A veces despunta con una sacudida seca como la bofetada de un cable
esta variante resulta fácil de padecer: debes amarrarte
esperar que te atraviese el acero calcinado
no conviene clavar los pies al suelo, el vértigo ablanda las piernas
podrías caer violentamente, es preferible doblar las rodillas
y admitir el hachazo, intentando distribuir su impacto
No es tan simple el abrigo contra la segunda variante
se presenta con la misma fiereza de arruga, arañazo de fiera
pero es creciente, asciende hasta hacerse con el mundo entero
convierte en curvas las líneas rectas de la vida
en rectas las sombras, de sombras inflama el alma
lavando con jabón sucio, alevoso reptil danzando
es el vértigo que rompe las piedras
en cristales de horror sonámbulo
es el horror de piedra, hierba sin arrancar
es la hierba innoble crecida en huella de cadáver
es el cadáver que condensa la violencia toda
es la muerte del rock and roll