Se celebra el medio siglo del Tosca del jazz, grabación improvisada que reunió por única vez a Miles Davis, John Coltrane y Bill Evans. Reeditan la versión original de Kind of Blue
Lugar del culto: una abandonada iglesia ortodoxa en la calle 30, al sur de Manhattan. Aparejos: siete micrófonos Telefunken de batalla, una mesa de sonido de sólo tres pistas y unas cuantas bobinasde cintas de grabación Scotch.
Normas del oficiante: «Tío,no hace falta que hagas eso», «aquí haz lo que quieras », «esto es cuadrado»… Comentario manuscrito sobre la partitura sin notas del pianista: «Tocar en el color de las canciones»…
Sucedió hace cincuenta años y la llaga sigue abierta. Blandían las navajas para la perenne herida seis negros y un blanco de alma cobriza, todos treintañeros. Pantalones de pitillo y camisas planchadas. La arruga era el blues.
Grabaron con celeridad supersónica (tres sesiones de tres horas cada una en dos días, el 2 de marzo y el 22 de abril de 1959). Sólo cinco canciones. Apenas hablaron. Todos sabían que el lenguaje es un maldito virus. Acaso no se percataban de lo que estaban haciendo. Cuando clavas no siempre sabes el alcance del tajo.
Lo dijeron otros: «El equivalente a Tosca en jazz», «el mejor disco de todos los tiempos», «el menos es más»… La obra que cumple medio siglo se titula Kind of Blue. La reeditan en España (Legacy/Sony) para celebrar la efeméride: dos discos con la versión original, tomas descartadas, lacónicas secuencias de audio grabadas entre pieza y pieza y un DVD documental.
Es un disco para constatar que sólo de los muertos se puede aprender algo. El único que sigue en pie es el baterista Jimmy Cobb (1929). Los demás alquimistas han caído: Bill Evans (pianista, el único blanco, 1929-1980), Julian Cannonball Adderley (saxo alto, 1928-1975), Paul Chambers (contrabajista, 1935-1969), Winton Kelly (que tocó el piano en un solo tema, 1931-1971), John Coltrane (saxo tenor, 1926- 1967) y, claro, el jefe Miles Davis (trompeta y médula, 1926-1991), bajo cuya sexy y muy vendible marca de fábrica fue firmada una obra que en realidad era colectiva.
Kind of Blue cambió el rumbo de la música. Los especialistas dicen que inauguró el jazz modal, algo así como la libertad melódica y sin estructuras flamenca o turca llevada a la América africana; que convirtió al improvisador en el verdadero compositor, que hizo del jazz algo flotante y elástico, de discreta y apasionada elegancia…
El Mago Oscuro
Los gestores del prodigio no volvieron a juntarse. Evans siguió tocando el piano con gestos mínimos y chutándose heroína. Cannonball inició una errante carrera en solitario. Coltrane voló más alto que ninguno: grabó discos donde trastornó el jazz para acercarse a Dios y murió, a los 40, cuando casi lo había encontrado.
Miles fue hasta su muerte e l Mago Oscuro. Tal como había detonado el bebop con The Birth of the Cool (1950) y el cool con Kind of Blue, volvió a desmembrarlo todo en In a Silent Way (1969), donde maridó el funk con el rock y el jazz. Algunos le consideran el personaje más influyente del siglo XX. Por encima de Lenin o Hitler. Al primero se parecía en el pragmatismo como líder y al segundo en el carácter fanático.
Pero cuando hace 50 años los siete negros y el blanco pero negro llegarona la vieja iglesia no sabían nada de secuelas, críticas o panegíricos. Sacaron los instrumentos de las fundas y tocaron como limpiando de suciedad un cristal, reflexivos y directos, inventando el trazo. Luego cogieron los talones con las tarifas oficiales del convenio sindical (129,36 dólares para Miles y 64,67 para cada uno de los otros) y se fueron. No eran artistas. Eran músicos.
«Tocad lo que no está»
Cuando grabó en directo Agharta (1 de febrero de 1975), había úlceras sangrantes en el estómago de Miles Davis, similares a las flores de fuego que anidaban desde mucho atrás en la boquilla de su trompeta.
En el concierto, en Osaka (Japón), el jefe dio al grupo, una banda eléctrica que no guardaba las formas sagradas del jazz, una sola indicación: «No toquéis lo que está, tocad lo que no está».
Tras Agharta, su última obra maestra, Davis se retiró durante seis años.
[Esta pieza fue publicada el 15 de enero de 2009 por el diario 20 minutos. Aquí la puedes leer completa en PDF]
Adoro este disco, es magia pura, un estado de gracia. Voy a ponérmelo ahora mismo, que hace tiempo que no lo escucho.
No es mi favorito de Miles, quizá porque me lo ‘sé’ demasiado. Te envidio por poder escucharlo con la pasión del ‘hace tiempo que no’…
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