Conozco a un japonés cuyo nombre significa “cuarto hijo del naranjo salvaje”: se llama Yoshiro Tachibana y la última vez que le vi, en 1994, vivía encaramado sobre una colina de rocas, en un pueblo gallego, Muxía. Conozco a otro, Michio Kodama, que practica el noble arte de la mano vacía, el karate. En...
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