Mis cabezas cortadas madrileñas, viejos, efigies: uno tras otro, con tanta constancia que llegué a padecer el síndrome de ser un topógrafo recolector, un coleccionista de derrotas. Yo estaba enfermo y ellos, que nada sabían, me ayudaron en la curación, si es que tal posibilidad existe. Tenemos un billete de avión San Francisco —...
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