Hablaré del vértigo, conozco bien a ese pequeño cabrón un mal bicho a quien no dejarías pasear con tu hija lo tengo aquí ahora, bailando entre el esternón y el encéfalo salpimentando el guiso: le gusta hacerse cargo de las ollas dominar la dieta, someter a ayuno o regalar intemperancia el vértigo, mi caprichoso...
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