Por razones como ésta nos gustaba el rock: peligroso, vulgar, explosivo, con el pecho al aire y las caderas revueltas. Mostrenco pero con ropa de terciopelo. Bruto pero con un aire de sexy prerrafaelismo. La más justa forma de reconocer qué música debemos salvar del paredón es la memoria, volver al lugar del crimen...
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