Magdalena Isabel del Buen Salvador García-Roncesvalles :: El moratón en el ojo late como un reloj y los golpes en los riñones todavía escuecen. Una de las otras chicas me untó las heridas con una pomada y trajo un cubo con hielo. Como no puedo conciliar el sueño, escribo frente al ventanuco enrejado con...
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