Las manos de Mercè, hermanas ausentes. Me gusta el adjetivo áspero, también el verbo misionar y, de haber nacido en otro siglo, tal vez creyese en el Preste Juan, el monarca del nunca descubierto reino cristiano de África, y en su busca terminaría en la misería en un poblado llamado Frenoma, cerca del lugar...
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