He empezado a moquear y toser, me duele la cabeza, quizá me aceche un catarro. El gran mareo de hace unas horas no ayudó nada. Estaba ante el ordenador, intentado iniciar una pieza para el blog del diario, en la silla giratoria de madera, y, como tantas veces antes, presentí el movimiento giratorio que...
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Desde hace tres semanas vivo esperando que el despacho de agencia se me clave en el pecho como un cuchillo impersonal preguntando quién, cuándo, dónde, cómo y, sobre todo, por qué. Así es el mareo que me ataca diez, quince, veinte veces cada día. A veces es corto, un pinchazo, un lametazo de lengua...
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Me asomo al diario como al balcón, en busca de un panorama, una mirada… En mi caso, la ceremonia tiene carácter tóxico: si no leo el diario sufro arritmia y sudor frío, me asalta el desconcierto, creo residir en un planeta extraño, no soy capaz de manejar máquinas de precisión, dejo de entender la...
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