Nunca dominé el álgebra de las manos. Fui un mal aprendiz de carpintero en el negocio de aquel psicópata que, como supe más tarde, maltrataba a su mujer, y un peor albañil durante la reconstrucción de la casita de la Alpujarra donde S. y T. vivieron unos meses antes de que él cayese en...
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