En momentos de bisagras oxidadas y dudas más pesadas que las puertas del Infierno, siempre regreso a los Diarios de Franz Kafka, en esa edición de pertinente papel biblia y más de un millar de páginas que contiene legajos, cuadernos de viaje y anotaciones insomnes circulares y absolutas. Consumo estas noches, otra vez, las...
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