Intento dirimir sin enloquecer una disyuntiva que a nadie deseo: decidir qué libros llevo conmigo en la emigración transcontinental del próximo 2 de marzo. Los límites de peso de la aerolínea y la duración indeterminada de la estancia (imploro que sea más larga que corta) me obligan a dejar atrás casi toda las posesiones...
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