No discrimaba y no dejaba de apretar el disparador porque cada viandante era un cliente en potencia. Tras un carrito de latón al que había adaptado una cámara con flash, Foncie Pulice (1914-2003) era capaz de hacer hasta 8.000 retratos al día en las calles del centro de Vancouver. Entregaba una tarjeta a cada...
más»