
Emil Otto Hoppé (1878-1972) retrató a la exuberante Tilly Losch, Condesa de Carnarvon, bailarina, actriz, pintora y dueña de todos los corazones de Viena y Berlín durante las dos primeras décadas del siglo XX, como si ante la cámara estuviese una pilluela y no una reina: la inocencia de la pose, la mirada clavada...
más»