Crucé dos veces el Atlántico en los últimos barcos de pasajeros que enlazaban los puertos ingleses y españoles con las Antillas, el Caribe y Venezuela. Poco después de mi segunda travesía, el avión había derrotado a los barcos y las aguas del océano quedaron huérfanas de trasatlánticos. Todos preferían los modernos Boeing 707 para...
más»