Después de más de un año, como si retrasara el tasting del veneno, revelo los últimos carretes de San Francisco, la ciudad en la que viví y fui feliz en términos aceptables —la otra felicidad, la íntegra, poco o nada tiene que ver con emplazamientos, topografía, códigos postales…—. Hace mucho calor esta mañana en...
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