Me autorizas y duermo con la piel del revés, el rayo y el agua son mis hijos. Enciendo el incienso de tus pies y hay tarde, mañana, noche: esa convención de leyes y relojes. Sobre todo, noche, sinónimo de tu espalda prohibida. Todas mis viejas fotos duermen también, amortajadas en el cartón de una...
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