Etta James era demasiado cruda para el bailecito televisivo presidencial de Barack y Michelle. Prefirieron que una de sus grandes canciones, At Last, la cantase la tostadita, gandul e inofensiva Beyoncé Knowles. Después de todo, aquello era puro variety, un show en busca del suspiro universal por la hermosa prestancia de los nuevos reyes...
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