Yo era el muchacho sin sombra de sangre espesa se mantenían mis lágrimas ejercitaba gustos fugitivos y movimientos de pértiga disfrutando de llagas abiertas ante el Gólgota de los espejos Yo era, como tantos otros, un potrillo maniatado por el encaje de quimeras y danzas rústicas de cabellos agotados por el picante aroma concentrado...
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