«Cuán monótona sería la vida sin mi soledad», escribió el poeta-samurai japonés Saigyõ (1118-1190), un espíritu limpio que se retiró a vivir en una choza de montaña, sin más posesión que unas escudillas para hervir arroz y un manto de arpillera para abrigarse del frío. Saigyõ estaba convencido de que cuanto más se posee,...
más»