Mientras se entretenía en el asilo psiquiátrico suizo de Herisau con uno de sus ejercicios de subordinación favoritos, clasificar habichuelas, el anti-escritor Robert Walser (1878-1956) fue preguntado por uno de sus escasos visitantes:
-¿Qué tal la escritura? ¿Escribe usted?
Walser, que entendía el manicomio, según anota Elias Canetti, como “el monasterio de la época moderna”, no dejó de catalogar habichuelas (de limón, de garbanzo, de riñón, lisas, rugosas, negras…) mientras contestaba:
-No vine aquí para escribir, vine aquí para estar loco.
Otro “Rayados de luz”, la sección que escribo cada semana en El Fotográfico
Lei el articulo y los tres comentarios que hay ahi.
Que bueno saber que no solo yo aprendo =)