Hola P.S.,
Pocas muertes de actores me conmueven. Eres excepcional también en romper mis códigos.
Me gustaría ver tu cadáver de bendita piel de cera. La muerte limpísima de la white light white heat de la heroína, las bambalinas del Greenwich Village (¿cuál otro lugar era posible?), los 46 años derramados en jeringas, papelinas y rayas limpias como polvo de estrellas…
Algunos escenarios merecen ser visitados para saber del endeble material con el que nos construyen.
¿Quién era tu dealer? ¿Cómo compra esencia de cielo una estrella del cine? ¿Tiene esa persona, tu camello, algo que ofrecerme? Todos merecemos un transmisor de confianza, un tren correcto, un vuelo sin escalas…
Te habías suicidado en Boogie Nights, masturbado al teléfono en Happiness, jugado al buen samaritano pornógrafo en Magnolia, interpretado a Lester Bangs, otro ser blanco y acelerado, en Casi Famosos, imitado la reticularidad insufrible de Capote… Al salir del cine siempre quise abrazarte.
Cuando produjeran el biopic de David Foster Wallace te llevarías de calle el papel protagonista. Tú también caminabas de la mano de la Bad Thing.
Dime dónde estás, P.S. Vamos juntos a la farmacia.
[…] adormidera aumenten y el precio baje pese a que la pureza es mayor que nunca. La muerte del actor Philip Seymour Hoffman en 2014 tras inyectarse heroína no fue una casualidad aislada. En 2015 y por primera vez en la […]