el reguero seco, la mañana
sin tu escote, sin tu lomo de piedra
aunque la chaqueta pesa
no es tu peso
aunque yo salga a la asamblea del mundo
sigo en tu boca callada
desgarrada, no es de mayo la mañana
es de lago moteado de muerte, de rifle en la espalda
aunque escupo en las manos no cicatrizo
la mordedura de tus manos en mis manos
los animales alzan el hocico
oliendo futuro en el viento, yo también
te busco
como el último perro