Escuché en las vacaciones españolas dos frases al azar pronunciadas por seres líquidos, parásitos del smartphone definitivavemte siniestros.
La primera era una queja en busca de mejor destino que el éter urbano:
— ¿Por qué la gente es tan embustera?
La segunda merece el inicio de un relato de scifi, como dicen ahora los recién llegados a la fantaciencia:
— ¿Y si este mundo es el infierno de otro planeta?
Que ambas sean preguntas, creo, es una revelación del alma perdida de un país al que, sin embargo, palpo un latido que me dolió de tan intenso.
Yo, que me soñaba ajeno a las memeces del exilio porque creía, con Huidobro y Bolaño, la verdad geográfica patafísica:
Los cuatro puntos cardinales
Son tres
El sur y el norte
Sin embargo aquí me ven, lloroso por un caldo de grelos.
Como diría el niño Hang en su mejor lenguaje de buitre leonado:
— ¿A dónde vamos a ir a parar?
En España estuvimos de nuevo en el Paraíso. Ya he contado demasiadas veces la situación geográfica, de manera que esta vez, dada la cantidad de aves rapaces que depredan los paraísos ajenos, me callo todo indicio, cualquier topónimo localizador.
Es mi Paraíso, carajo. Permanezcan conformes con una cita de Catalina de Siena y encuentren el suyo:
Por el camino al Paraíso hay el Paraíso
Si les puede la fisgonería —que es a nuestro tiempo lo mismo que la peste negra para la Edad Media—, sepan que sí, es el Paraíso, el nuestro, donde hemos recogido nueces del suelo para comerlas, subido a pacas de heno para jugar al kamasutra, celebrado oficios paganos en iglesias abandonadas…
Incluso, en un arrebato de delirio esta vez preguntamos si estaba en venta una casa que habíamos visitado muchas veces antes y visitamos de nuevo.
Lo burlesco es que no tenemos para comprarla. Lo milagroso es que se llama El Molino Blanco.
A veces eres tú, en una vida anterior, quien bautiza los lugares.
Uds juntos, sois tan bellos que dan alegría a mi Paraiso.
Y si:
Los seres líquidos desconocen que: -El humano es un ser vivo potencialmente muerto, y el zombi es un muerto potencialmente vivo.-
(Darío Sztajnszrajber)
Muchas gracias!
[…] Nunca había retratado a Ana pese a que es la mejor de las guardianas del Paraíso. […]