Una flamante revisión de la carrera de Michael Bloomfield, el mejor guitarrista blanco de blues

17/02/2014
"From His Head to His Heart to His Hands" - Michael Bloomfield, 2014

«From His Head to His Heart to His Hands» – Michael Bloomfield, 2014

Tres opiniones que deberían ser razón suficiente para no añadir palabra alguna:

«La primera vez que vi tocar a Michael me cambió la vida, literalmente. Me dije que quería hacer eso el resto de mis días» (Carlos Santana).

«El mejor guitarrista que he escuchado» (Bob Dylan).

«Mike Bloomfield es música sobre dos piernas» (Eric Clapton).

De la grandeza de Michael Bloomfield (1943-1981), el mejor guitarrista blanco de blues de la historia, ya escribí en otra entrada de este blog.

Acaban de poner en el mercado From His Head to His Heart to His Hands, editado por Legacy Recordings, la división de discos clásicos de la multinacional Sony. Es uno de esos cofres recopilatorios y lujosos [tres discos más un DVD, 60 dólares en los EE UU, todavía no ha llegado a España] de los que siempre sospecho porque huelen a explotación mortuoria del fanatismo. Este no es el caso.

La condensación de una carrera tan brillante y nutrida como corta —Bloomfield murió prematuramente a los 37 años— era una demanda. El minidocumental añadido y los varios ensayos biográficos son lo de menos: lo importante está en la visión panorámica de un genio de la guitarra eléctrica que sólo había recibido de otros músicos el reconocimiento público que merece y el único instrumentista de rostro pálido aceptado como un igual, cuando acababa de salir de la adolescencia, por los grandes del blues negro, de los que aprendió mañas y con quienes compartió garitos y tristeza en los tugurios más calientes de Chicago.

Michael Bloomfield (1943-1981)

Michael Bloomfield (1943-1981)

La recopilación encierra algunas rutilantes sorpresas: las primeras demos que Bloomfield grabó en 1964 para el mítico cazatalentos John Hammond —un hombre de olfato prodigioso que descubrió y produjo, por citar sólo a tres, a Billie Holiday, Dylan y Bruce Springsteen—; una grabación de la última aparición escénica del guitarrista, invitado, precisamente, por Dylan, a subir a las tablas en un concierto en 1980 en San Francisco; canciones en las que pone el escalofrío de su toque doliente y claro (era esencial y no necesitaba distorsiones, feedback o efectos de pedaleras porque todo era capaz de hacerlo con los dedos) como acompañante de Muddy Waters y Janis Joplin —a la que acompañó en la escalofriante One Good Man, y, claro, algunas de las piezas inolvidables que grabó con las tres bandas de las que formó parte: The Paul Butterfield Blues Band —por supuesto, los 13 minutos del primoroso East West, uno de los grandes tour de force de Bloomfield—, The Electric Flag y el súpergrupo que montó con Stephen Stills y Al Kooper en los años setenta —esta lista de reproducción da buena cuenta de la energía del trío—.

Los grandes asombros de From His Head to His Heart to His Hands son, sin embargo, dos versiones nunca antes publicadas de Bloomfield tocando para Dylan en el momento clave de electrificación del cantautor. Se trata de una versión instrumental de Like a Rolling Stone y otra de Tombstone Blues con el acompañamiento vocal de los Chambers Brothers [me ha resultado imposible encontrarlas legalmente en Internet, pero aquí pueden escucharse fragmentos de ambas]. Dada la cicatería de Dylan para ceder material inédito, el gesto demuestra el cariño que sentía por Bloomfield.

El desgraciado guitarrista blanco —cuyo cadáver apareció el 15 de febrero de 1981, tras una noche con demasiada heroína, en un coche aparcado— recibe al fin con esta flamante colección el mérito que merece.

[Escrito para Trasdós – 20 minutos]

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3 Responses to Una flamante revisión de la carrera de Michael Bloomfield, el mejor guitarrista blanco de blues

  1. maverick on 24/04/2019 at 22:20

    Un buen cumplido de Santana. Pero Bobito nunca fue un tipo del blues, lo que se dice… Y Clapton el sobrevalorado Eric de la época, buff… siempre con las mismas de »the best». Ya esta, Bloomfield lo escuchas y era uno más de entre centenares que se tomaron algo en serio la guitarra en el blues. ¿Más? Vale, el titular es un gancho para decir: ¡¡¡guuuaau!!! ¡No lo sabía!. Amplia tu mundo musical y no seas tan rotundo que todavía no eres tan viejo, hombre. Un saludo.

    • j.a.g. on 24/04/2019 at 23:06

      «Rotundo», dijo el comentarista que emplea casi 500 palabras en demostrar una de las verdades posibles, la suya. Gracias: al leerte me veo muy muy humilde.

  2. […] reseña no es la única que firmé sobre Bloomfield. En mi web personal puede leerse una crítica de la caja From His Head to His Heart to His Hands (2014), la primera gran antología sobre la carrera corta pero fastuosa del […]

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